El Congreso de los Estados Unidos de América aprobó un proyecto de ley elevado por el Pentágono mediante el cual se permite administrarles a sus soldados una droga encapsulada a base de una sustancia llamada propanol, cuyo efecto es, palabras más palabras menos, el de atenuar los efectos psicológicos de las atrocidades cometidas en los campos de batalla.
La idea es que esta droga les sea suministrada antes de entrar en combate y el motivo oficial es evitar desórdenes post-traumáticos, pero la realidad indica que al ser proporcionada antes, los soldados que la consuman no estarían en las condiciones ideales de dirimir si sus misiones son moralmente correctas, se les produciría una especie de congelación de la sensibilidad y la memoria. De esta manera se estaría cumpliendo una de las principales máximas de las fuerzas estadounidenses, como bien pronunció años atrás el teniente coronel Peter Kilner, “El entrenamiento militar moderno condiciona a los soldados para que reaccionen ante los estímulos y esto maximiza su capacidad letal, desbordando toda autonomía moral.”
Fuente: Pagina 12
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